Los cactus son plantas hermosas que tienen un alto valor ornamental y que, además, exigen muy pocos cuidados.
El riego del cactus es uno de los temas que menos preocupaciones te dará porque necesitan de muy poca cantidad de agua a lo largo de su vida.
Establecer un cronograma eficaz y prestar atención a las características de la planta a medida que pasa el tiempo será lo básico para mantenerla sana.
Y si no sabes muy bien cómo ejecutar todo este proceso, aquí te daremos las pautas generales que solo tendrás que adaptar a tu situación particular. Adelante.
- Frecuencia de riego: cuando se está en temporada de verano, cada 12 días. En el caso del invierno los riegos se suprimen a menos que la planta esté en interiores que se puede hacer cada 25 días.
- Método de riego: con una regadera.
- Hora del día óptima para el riego: cuando haya sombra. Regar con sol puede causar quemaduras en la planta.
- Identificar exceso de agua: planta blanda y podredumbre.
- Identificar carencia de agua: la planta se empieza a poner amarilla e incluso puede arrugarse.
¿Qué necesidades de riego tiene el cactus?
Originariamente el cactus es una especie de planta que se desarrolla en zonas áridas, por lo que sus necesidades de agua son mínimas. Los riegos forman parte de los cuidados que menos preocupación generan porque hay que dejar pasar una gran cantidad de días entre uno y otro.
La razón principal se debe a que son plantas que almacenan agua en su interior como una técnica de supervivencia. Los cactus de mayor tamaño tienen más cantidad de agua acumulada y suelen requerir menos riego. Lo usual es esperar hasta que el sustrato donde se tenga se seque por completo antes de aplicar un nuevo riego.
¿Cómo podemos detectar la falta de riego en el cactus?
Aunque su exigencia de agua es mínima, no podemos perder de vista que se trata de un organismo vivo y, como tal, no sabe vivir sin ella.
Cuando sus raíces son sometidas a estrés hídrico, empieza a producirse una resequedad hacia las partes aéreas que se evidencia con la presencia de una coloración amarilla.
Si todavía la carencia de agua continúa por algún tiempo más, es posible que la planta empiece a arrugarse y pierda la vigorosidad característica. Esto no implica que haya que darle un baño de agua para recuperarla, solo hay que aplicar un riego profundo y continuar con el cronograma normal.
Con el pasar de los días el cactus irá recuperándose del mal momento por el que estaba pasando.
¿Cada cuánto debemos regar el cactus?
El riego del cactus depende de varios factores como el lugar donde está sembrado y la temporada del año que sea. En verano el calor es mayor pero es más o menos similar a su ambiente natural, por lo que el riego puede establecerse cada 12 días.
Sin embargo, en invierno estos deben reducirse al mínimo, quizás hasta suprimirlos por completo si la temperatura está por debajo de los 10º C cuando el cactus está en exterior. Si lo tienes en el interior, podrías aplicar un riego cada 20 o 25 días, según el estado en que veas a la tierra.
¿Cuál es la mejor forma de regar el cactus?
El riego de un cactus tienes que hacerlo de forma localizada, enfocándote en el sustrato y no en la planta en sí. Las regaderas que tienen una salida estrecha son lo más recomendable porque facilitan concentrar el agua en puntos específicos y el caudal es bajo.
Ambas características benefician el riego del cactus, ya que no les proporcionan mucha agua (para evitar el encharcamiento) y ayudan a no mojar la planta en sí. Siembra los cactus en macetas con agujeros en la base que te ayudarán a observar el momento en que el agua sale para que finalices el riego.
Este punto es muy importante para reducir al mínimo las posibilidades de encharcamiento, pues sus raíces son muy delicadas con esto y pueden ahogarse con facilidad.
¿Cómo detectamos exceso de agua en el cactus?
El cactus es una de esas especies que es mejor mantener con carencia de riego que con exceso porque el primero se puede corregir pero el segundo no. Toma en cuenta también que el uso del agua adecuada tendrá impacto en la salud de tu ejemplar, así que evita usar aguas muy duras.
La principal señal de que algo va mal con el tipo de agua escogida es que se presentan manchas blancas. Con todos estos datos ya estás más que listo para mimar a tu cactus con profesionalidad. Aprovecha cada uno y adáptalo según tu realidad.
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Soy Ainara Salcedo, y nací en Zaragoza. Hace un tiempo que empecé a colaborar con Sembrar100 en la redacción, edición y maquetación de artículos. Mi grado en Periodismo por la Universidad de Zaragoza me ha ayudado a poder realizar mejor mi trabajo. Dispongo también de el Máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital: Datos y Nuevas Narrativas por la UOC.