Al ser los ajos una especie que se desarrolla bajo la tierra en forma de bulbos, el tema del riego es uno de los más delicados a considerar.
La escasez de agua o el encharcamiento, tendrán un impacto definitivo en la estructura de la planta y, por supuesto, en su parte comestible.
Por esta razón, las personas que se dedican a su cultivo dedican mucho tiempo a la verificación de las condiciones para darles la cantidad de agua exacta.
¿Sabes cuáles son estas condiciones y cómo manejar los riegos con seguridad? Si la respuesta es negativa, despreocúpate porque aquí te lo diremos todo.
- Frecuencia de riego: una vez por semana en la primera etapa, casi todos los días en la segunda y suprimirlos cuando se esté acercando el tiempo de recolección.
- Método de riego: el método más recomendable es por goteo.
- Hora del día óptima para el riego: es preferible a primeras horas de la mañana.
- Identificar exceso de agua: Pudrición en el bulbo.
- Identificar carencia de agua: Sequedad en las hojas y en el sustrato.
¿Qué necesidades de riego tienen los ajos?
Las necesidades de riego de los ajos varían en función a la etapa de desarrollo que tiene la especie desde el momento de su plantación. Lo normal es iniciar con riegos espaciados mientras la planta se asienta tras su plantación.
Después, los requerimientos aumentan a medida que el bulbo va creciendo para terminar suprimiéndose por completo en los días cercanos a la cosecha.
¿Cómo podemos detectar la falta de riego en los ajos?
La principal manifestación de que el ajo está carente de agua se nota en el sustrato, el cual se verá seco.
No obstante, es necesario que compruebes a profundidad que esto sea así porque las raíces son capaces de obtener el agua desde las capas más profundas.
Entonces, cuando veas que el sustrato esté un poco seco, lo ideal es cavar un poco para verificar si la parte más interna también lo está. En caso de que sea así, te toca aplicar un riego.
Si no, podrás esperar unos días más para avanzar con mayor seguridad.
¿Cada cuánto debemos regar los ajos?
Aquí se pueden considerar tres fases:
- Los primeros tres meses, el riego tiene que ser espaciado, a razón de 1 vez por semana, aproximadamente.
- El mes siguiente, que es cuando el bulbo está en franco crecimiento, los riegos tendrán que aumentar hasta situarse en riegos diarios, si se tiene la planta en un ambiente más o menos seco.
- Hacia el fin de la etapa productiva, cuando los días de cosecha ya se vayan acercando, los riegos tienen que ser suspendidos.
La idea de la suspensión de los riegos cuando ya está llegando el fin de la etapa productiva, 3 semanas antes de cosechar, es asegurar que los bulbos se sequen. Cuando esta acción no se toma, la extracción se complica porque los bulbos tienden a desmembrarse y hasta es posible que se pudran.
¿Cuál es la mejor forma de regar ajos?
El riego de los ajos se recomienda por medio de la técnica de goteo porque facilita tener el control exacto del agua que estás proporcionando. Aquí, simplemente tendrás que orientar la fuente de agua hacia la base de la planta, cuidando que no queden charcos en su entorno.
Para evitar estos inconvenientes es aconsejable que los ajos sean sembrados en una tierra con un elevado nivel de drenaje que facilite que el agua fluya con rapidez.
¿Cómo detectamos exceso de agua en los ajos?
Esta salvedad no aplica en las últimas semanas, ya que los bulbos tienden a madurar en el interior de la tierra y las hojas más bien empiezan a secarse. Es importante destacar que si los ajos se tienen sembrados durante la época primaveral y hay lluvias, no hará falta aplicar riegos en esos días.
Y aunque esta metodología es la más usual de aplicar, mucha influencia tienen las condiciones específicas donde tengas sembrados tus ajos. Por ejemplo, en terrenos arenosos el drenaje de agua es más rápido, por lo que los riegos deben ser más frecuentes.
Sin embargo, los terrenos arcillosos retienen más humedad y son fácilmente inundables, por lo que la cantidad de agua debe ser mucho menor. Conociendo estos detalles y aplicando la lógica a tu caso particular, lo más seguro es que establezcas pronto la cantidad y frecuencia de agua correcta.
Y esto, por supuesto, te dará como resultado una cosecha de ajos de alta calidad y en óptimas condiciones.
Soy Ainara Salcedo, y nací en Zaragoza. Hace un tiempo que empecé a colaborar con Sembrar100 en la redacción, edición y maquetación de artículos. Mi grado en Periodismo por la Universidad de Zaragoza me ha ayudado a poder realizar mejor mi trabajo. Dispongo también de el Máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital: Datos y Nuevas Narrativas por la UOC.